Uno ya no sabe que creer…

Hay veces en que las tardes, cuando el aire tiene esa brisa exacta, la penumbra queda tan justa, que si tenemos la energía necesaria para no dormirnos ante todo esto, uno comienza a pensar, a reflexionar.

Muchas veces no sabemos a donde apuntar, o lo primero que viene a la mente son esos recuerdos y emociones vividas que, dependiendo de la vida de cada uno, se querrán revivir o no. En el caso negativo, nos vemos en la difícil tarea de decidir que pensar.

Muchas veces me he planteado la idea de la propia existencia, un camino largo y difícil de andar, del cual se desprenden miles de preguntas que todavía no se pueden responder. La idea de si existe un dios o no, si existen las casualidades, un destino, en fin; seguramente desarrollare alguna en otra ocasión.

Al fin y al cabo he llegado a la conclusión que uno ya no sabe que creer…

Existen tantas teorías para todas las cosas, cada cabeza es un mundo de conclusiones, y todos queremos exponerlas, (siempre me llamó la atención como piensa la gente ¿es raro el mundo no?...) de tantas palabras que nos dicen, uno termina formando lo que cree. Yo por ejemplo en este momento mi verdad seria, - "después de todo nos pasamos la vida esperando, como si tuviéramos todo el tiempo del mundo, y finalmente no hacemos nada y se nos pasa de un soplido" -.

Varias circunstancias me han llevado a redefinir mi vida, cada planteo que tuve anteriormente ha sido transformado, o esta en proceso de cambio, de replanteamiento. Es increíble como nos equivocamos tanto. Tenemos la capacidad de elección y eso nos hace tan vulnerables, y tan culpables de todo.

La parte más difícil para el ser humano es afrontar esa culpa, siempre es mas fácil mirar al de al lado. Pero creo que cuando nos hacemos cargo y la analizamos podemos aprender de nuestros errores (dicen de ser la mejor forma de aprender). La verdad todavía estoy aprendiendo, no pude poner en práctica la teoría, por cuestiones de tiempo y de imposibilidad de circunstancias.

Y así seguimos caminando y tropezando, es tan amargo cuando le apostamos al caballo equivocado. Quisiera creer que las relaciones no son tan vacías como las estoy pensando. Resignarse y dejar la inocencia divina no creo sea el método, uno tiene que luchar por seguir pensando las cosas de colores brillantes, (ah, me había olvidado de comentar, una particularidad que me caracteriza es otorgar colores a los momentos, emociones, palabras, seguramente lo van a ver seguido), en fin no puedo o no debo creer en que la gente siempre elige al mejor postor, seria algo insoportable. Pero se hace difícil, son tan complicadas esas cosas, por ejemplo ¿que es lo que hace que uno tenga mas afinidad con alguien?, ¿de que depende?, siempre me carcomió el interrogante de la familia, ¿nos quieren por nuestra forma de ser?,¿ por lo que somos?, ¿por lo que llegaremos a ser?, ¿por lo que fuimos?, ¿será por que creen que están obligados a querernos?. Por ahora me toco solo un lado del mundo, desconozco una gran parte. Tal vez cuando la vea pueda entender más sobre estos temas.

Esto lleva siempre a buscar eso único, eso que nos hace nosotros, cada uno tiene lo suyo, tarde o temprano lo encontramos, mi enfoque continuará en el arte. La capacidad que tenemos para hacer el mundo más brillante, es despabilante. Siempre y cuando sea con el corazón, el arte puede abrirte el pecho. Me fascina la capacidad de creatividad, poder imaginar algo es…cómo definirlo, mágica seria la palabra justa… últimamente estoy descubriendo otros caminos, que cada vez se hacen más ricos en mi paladar.

Espero sumergirme cada vez más en estas aguas, y que se ahogue esa sinrazón…

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Javi!! al leer tus palabras y las de Juani me acordedeel gran Cortazar, y aca va esto para uds:

Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj

Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.

Espero te guste.
Besotes miles!
Mel

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