Carta de odio
Te presentás con el apodo de “mal necesario” y te adueñás de la calma de mi hogar. Sin pedir permiso te hacés cargo de la tarea de controlarme.
Me contaron que no es sólo conmigo, que a todos les decís lo que tienen que hacer. Tus órdenes se hacen escuchar en todo el planeta y no perdonás ni al más débil.
A pesar de que estas presente en cada jornada de mi vida, nunca podés esperar ni a que el día comience para darme la peor de las noticias.
Siempre llegás puntual para arruinar, a gritos, los mejores momentos y con tus agujas no hacés más que destrozar, uno por uno, cada uno de mis sueños. Por todo esto es que te escribo a vos.
A vos que me planteás la rutina, que me ahogas la alegría de los ojos cerrados y al fin y al cabo sos un esclavo del tiempo igual que yo. Me cansé de este matrimonio, te declaro la guerra reloj despertador.
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MEL